domingo, 12 de julio de 2015

Universidades motores del Nuevo Desarrollo

Texto completo del artículo publicado bajo el título En busca del Silicon Pampa

La historia de Leonardo Valente es singular. Un profesor bahiense de Economía de la Empresa de la Universidad Nacional del Sur gana en 2014 el concurso ImpacTec2 de la ONG SociaLab y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El premio, una beca para la Singularity University, una institución de educación superior de nuevo cuño localizada en el predio de la NASA en el Silicon Valley. Una rareza institucional, parte universidad, parte think-tank, y parte incubador de empresas. La meca para emprendedores aspirantes a resolver los desafíos de la humanidad con el poder de sus ideas.
Taller de Vitroplastía UAT DEL CONICET BAHÍA BLANCA
Taller de Vitroplastía UAT DEL CONICET BAHÍA BLANCA
Obtiene el primer premio gracias a SocialPOS, una pieza magistral de lo que se denomina innovación frugal, la tendencia de innovación para los países emergentes. Según su creador se trata de “una solución tecnológica que permite a los comercios de barrios o villas que no tienen terminal POS recibir pagos con tarjetas sociales, y cobrar ese dinero o usarlo en otros comercios del barrio, generando un círculo virtuoso que beneficia a la comunidad.” En la Singularity University subió un escalón en la misma línea. Lidera un equipo latinoamericano (chileno+mexicano) que diseña un kit para convertir un auto económico convencional en un híbrido eléctrico. Una versión barata de los autos verdes del primer mundo.
La historia de Leonardo Valente nos revela la globalización de la actividad emprendedora. Las universidades de investigación buscan talento en cualquier rincón del planeta, compiten globalmente por estudiantes e investigadores, por incubar sus ideas y convertirse en fuente de conocimiento aplicado y tecnologías. El núcleo de las economías basadas en el conocimiento son universidades de investigación, un tipo de universidades que además de formar profesionales concentran grupos de investigación consolidados líderes en sus campos.
Tecnopolos. La evolución institucional de las universidades de investigación como piedras angulares de la investigación y el desarrollo se inició a fines del siglo XIX en los núcleos urbanos de la segunda revolución industrial: Boston, Berlín, París. La química y la electromecánica fueron los campos de investigación aplicada de los laboratorios industriales de las universidades humboldtianas y de los institutos tecnológicos como el MIT.
Luego de Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría, el poder del átomo, la comunicación por radio y la computadora digital demostraron que los estados ya no podían dejar estos fenómenos librados a la espontaneidad de instituciones de investigación. Dieron lugar al período conocido como de Big Science, en donde Estado y corporaciones multinacionales construyeron sus centros de I+D.
La ciencia y la tecnología planificadas encontraron un techo a fines de la década de 1970. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la Biotecnología toman por asalto el orden estatal/corporativo de la Big Science. La iniciativa de emprendedores y organizaciones flexibles fueron capaces de afrontar entornos de alta incertidumbre tecnológica. Cambio que dura hasta nuestros días.
El nuevo desarrollo sucede en ciudades en donde convergen esfuerzos emprendedores e institucionales, públicos y privados. Esfuerzos que se vuelven sustentables cuando el Estado invierte en investigación aplicada, promueve a emprendedores tecnológicos y crea herramientas de capital de riesgo.
Se trata de ciudades con universidades de investigación especializadas en TIC, Bio y/o Nanotecnologías que convocan a su alrededor una comunidad innovadora de emprendedores que trascienden las fronteras nacionales. Podemos encontrarlas en ciudades tan diversas como Tel Aviv (Israel), Zhongguancun (China), Bangalore (India), o Dublín (Irlanda).
En busca de la Silicon Pampa. La historia de Valente también apunta a la Universidad Nacional del Sur (UNS) y a la posición de las universidades argentinas en la economía del conocimiento. El caso del profesor/innovador frugal es uno más de los muchos de la misma universidad que se destacaron en los últimos años en concursos de emprendedores tecnológicos como los concursos Naves, Intel Global Challenge (IGC), Endeavor, NextStep, Startup Chile, Red Innova, y 500 Mexico City.
La UNS se encuentra primera en el ranking de universidades de investigación en ciencias y tecnologías con un 21,7% de profesores con Doctorados y aloja grupos de investigación consolidados en la áreas estratégicas de Software, Micro y Nanoelectrónica y Biotecnología. La ciudad de Bahía Blanca también es líder en e-government y la cuna del movimiento de gobierno abierto en Argentina. Fue elegida por el INTI para instalar el Centro de Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario (INTI-CMNB), un centro de investigación aplicada dedicada a diseñar circuitos integrados de alta complejidad.
Junto con los grandes centros urbanos de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza, el país dispone de ciudades medianas que cumplen con las condiciones constitutivas de un Medio de Innovación. Ciudades de poblaciones entre 800 y 100 mil habitantes con jóvenes emprendedores y universidades de investigación como Tandil (UNICEN 13,70% de profesores con PhD), Rio Cuarto (UNRC, 17,10%), La Plata (UNLP 13,10%), Mar del Plata (UDP 12,40%) y Santa Fe (UNL, 10,60%).
En estas ciudades se registra, además de actividad emprendedora e investigación académica, inversiones de empresas consolidadas, polos tecnológicos e inversión pública en investigación aplicada. En las cuatro ciudades seleccionadas en la muestra de la Provincia de Buenos Aires se radicó la empresa Globant. Una de las dos empresas de tecnología argentina (y latinoamericana) que cotiza en New York.
Desde la vuelta a la democracia las universidades de investigación en la Argentina han evolucionado en tres etapas primero reconstituyendo equipos de investigación, luego desarrollando programas de formación de investigadores y finalmente estableciendo estrategias de innovación.
Si bien la inversión pública en investigación y desarrollo no siguió particularmente el fenómeno de los medios de innovación, sí se puede afirmar que dichas ciudades fueron beneficiadas por las políticas generales de mejora de la infraestructura y las políticas sectoriales de investigación aplicada, como con el Fondo Argentino Sectorial o Fonarsec, gestado desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Otro caso para destacar es el cluster Santa Fe-Paraná, especializado en Biotecnología, Bioingeniería y Videojuegos, que además de los Fondos Sectoriales Nacionales, se vió beneficiada por una política activa de los Gobiernos Municipales y Provinciales. En ella se destaca el Parque Tecnológico Litoral Centro que concentra el 24% de las exportaciones de la ciudad de Santa Fe con productos farmacéuticos biotecnológicos. La UNL incubadora de las empresas de biotech fue la primera universidad pública en crear una carrera en Diseño y Programación de Videojuegos marcando un hito en innovación institucional en el país.